Mentira 2: Hemos estirado mas el brazo que la manga.
Previamente a la crisis hemos vivido una de las etapas de más euforia económica.
Pero mientras nuestros salarios no aumentaban, el precio de los inmuebles se triplicaban.
Nos han incitado a endeudarnos por encima de nuestras posibilidades para hacer su negocio.
Y cuando llegan los impagados el Estado acude al rescate de las entidades inyectando dinero que no llega ni a las empresas ni a los particulares.
Los trabajadores somos los que pagamos en primera persona los efectos de aquellos excesos empresariales y financieros.
Hemos vivido años de mucha ocupación, pero inestable, asociada a unos salarios que no han crecido al ritmo de los beneficios que han generado.
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